Milestone. Ivan Ayr. 2020
El director Ivan Ayr retrata un fragmento de la vida de un trabajador en la India actual. Más precisamente, un chofer de camiones que lleva muchos años en el oficio. El título en inglés de este filme hace alusión a un hito: haber llegado a recorrer con su vehículo la cantidad de 500 mil kilómetros. Un resumen cuantitativo de una vida de trabajo dura y solitaria. Nuestro protagonista Ghalib (Suvinder Vicky) es filmado en su vida cotidiana, en especial en tareas relacionadas con su trabajo, que no solo incluye la conducción del vehículo sino también la carga y descarga de la mercadería (cuando los peones están de huelga).
Ghalib es un hombre parco al extremo, que se expresa más por sus gestos y actitudes corporales que mediante la palabra. Esto lleva al director a usar en forma predominante los primeros planos, como recurso narrativo. Los planos medios están reservados para retratar la interacción de Ghalib con el resto de las personas con los que se relaciona: patrones, colegas, peones, policía caminera y parientes entre otros.
El clima ominoso en que transcurre la vida del chofer se refuerza mediante un predominio de tomas nocturnas, de planos cerrados, y de una iluminación escasa, donde los tonos de azul oscuro virando al negro, predominan en gran parte de los planos. Hasta el uniforme de Ghalib y la lona de su camión tienen estos colores que invocan la tristeza.
Nuestro personaje es un solitario que hace del trabajo no solo un medio de vida sino también una forma de evasión de la angustia que parece agobiarlo en cada momento de su existencia. Trabaja a destajo muchas horas por día, porque necesita el dinero, pero también porque no quiere volver a su casa en soledad. De a poco, nos vamos enterando de algunos mínimos datos que marcan el presente de Ghalib. Ha mantenido una relación de pareja conflictiva con una mujer que hace poco tiempo falleció y está en todo el filme fuera de campo. Solo conocemos a una parte de la familia política: la cuñada y el suegro, que le reclaman una especie de indemnización por la muerte de su mujer.
Pero la principal preocupación de Ghalib ocurre cuando los patrones le ponen un aprendiz para que lo acompañe en los viajes y le enseñe los secretos del oficio. Ghalib siente esto como una amenaza. Piensa que pronto será despedido y remplazado por el joven en cuestión. No puede pensar en una jubilación ya que ejerce un trabajo informal y sin ninguna protección social. Agrava su angustia, el enterarse que un compañero de trabajo y único amigo, apenas unos años mayor que él, queda despedido por la dificultad que tiene para conducir de noche. Ghalib, también tiene sus achaques físicos y aunque trata de ocultarlo y busca denodadamente su recuperación, sabe que estos problemas de salud le juegan en contra en su imagen ante los dueños de la empresa.
En suma, un filme logrado, que transmite a través de sus imágenes, en la mejor tradición del neorrealismo pero con una estética contemporánea, la vida cotidiana de un trabajador precario en la India del siglo XXI.
Esta película está disponible en Netflix de Argentina junto a una anterior del director igualmente recomendable: Soni (2018).
Me parece un buen comentario. A mí me pasó que ese clima tan denso me impidió terminar de ver la película. Hay que estar predispuesto para su visionado