Nomadland. Chloé Zhao. 2020
¿Es posible acceder a una vida plena practicando el nomadismo en la actualidad? Esta es una de tantas preguntas que deja abierta el filme, muy bien interpretada por Frances McDormand quién asume el papel de Fern, una mujer que parece andar por los 60 años y que deambula con su motor home por los más diversos lugares de su país, EEUU.
Con un vehículo antiguo y mal conservado, Fern se da maña para sortear los diversos inconvenientes mecánicos que le aparecen en el camino, y muestra de paso la autonomía como mujer para lidiar con estos percances.
El misterio de la película, la que la hace una obra destacable, es la ambigüedad del personaje central, que parece oscilar entre una paz interior intensa viviendo en soledad, o con esporádicos contactos superficiales con otros seres humanos, y la melancolía profunda.
Fern no llega a su condición de nómade por elección, sino porque ha perdido su empleo en la fábrica donde ella y su esposo, ya fallecido, trabajaban. La empresa quebró y dejó sin empleo al pueblo entero. Sus habitantes debieron emigrar y conservar sus pocas pertenecías en esos extraños guardamuebles con cortinas metálicas como única entrada, que parecen existir solo en EEUU.
Fern no busca establecerse en forma permanente en otro lugar donde poder trabajar. Elige en cambio vagabundear por el país, y reunirse en campamentos con otros seres que hacen su misma vida. Allí hay un mínimo de contacto humano, de manifestación emocional, de búsquedas fugaces de afecto y comprensión, que duran solo por el tiempo de la estadía de unos pocos días en cada lugar. Fern, solo toma trabajos ocasionales para abastecerse de dinero y seguir con su estilo de vida.
Desde lo formal, la película se inclina por un tono melancólico, con muchas tomas nocturnas, y se alternan los primeros planos, la mayoría retratando las complejas expresiones faciales de Frances McDormand, con planos medios en los campamentos, y panorámicas de los lugares que se visitan.
Fern no quiere ningún compromiso afectivo fuerte con nadie. Esquiva los intentos de seducción de un hombre de su edad que conoce en un campamento, rechaza la oferta de sus parientes de establecerse con ellos por un tiempo y buscar un empleo estable. Ni siquiera acepta adoptar un pequeño perro que se queda sin dueño, y que podría ser un grato acompañante en sus travesías.
Búsqueda de libertad absoluta y casi ningún compromiso emocional con personas o animales, que en muchos momentos se parece al egoísmo o a la manifestación de algún trastorno afectivo severo.
Pero las respuestas no son fáciles viendo Nomadland, y eso es lo que la hace valiosa. El ritmo cansino del filme, la alternancia apropiada de los diversos tipos de planos antes comentados y la descollante actuación de McDormand, aportan desde lo formal, la lógica adecuada para esta noble película. Como toda buena narración, deja muchas preguntas abiertas, tanto para pensar sobre la vida de la protagonista como para repensar la nuestra.
Estimado Jorge, por tu crítica me dieron ganas de ver la película. Tendrías que incorporar (en tus entradas) en que plataforma se pueden visionar las películas que criticas. Muchas gracias y cordiales saludos.
Gracias por tus comentarios, a veces solo están disponibles en la Web como torrents, Usted entenderá que no puedo citar esta fuente. Pero a veces no hay otro medio de accederlas. Cuando están disponibles en alguna plataforma de streaming, lo menciono, pero al menos en Argentina donde vivo, no es el caso para esta película
Interesante nota desde el psicoanálisis:
https://www.pagina12.com.ar/338599-nomadland-mucho-mas-que-la-elaboracion-de-un-duelo