Wanda. Barbara Loden. 1970
Encontrarse con un filme de esta calidad realizado hace 50 años, con pautas estéticas del más exigente cine independiente contemporáneo, es como descubrir una verdadera gema en medio del desierto. Una típica película secreta. Único filme plasmado por Barbara Loden como directora, que se reserva también el rol protagónico, justifica por sí solo el derecho de su realizadora a un lugar en el olimpo de los grandes directores de la historia del cine.
Es que la conjunción de aciertos formales y un contenido intencionadamente elusivo, se justifican plenamente porque prodigan al espectador, una mirada aterradora del mundo moderno tras una fachada de aparente normalidad, donde todos los personajes parecen saber jugar su juego sin mayores conflictos y sobre todo con gran resignación, pero pocos se preguntan por el sentido de su existencia, de sus metas y sus deseos verdaderos más profundos.
Corte 1. Una postal del abismo
Los espacios son encuadrados y filmados con una fuerza expresiva sublime. Desde el primer plano secuencia, que consiste en un paneo del espacio de trabajo del cuñado de Wanda, en un paisaje desolador y plagado de contaminación (ver Corte 1), Loden demuestra todo su talento, y define una forma de estar en el mundo de toda una clase social, casi sin palabras y solo con la elocuencia de las imágenes.
Corte 2: Hogar obrero
La vida cotidina para una familia obrera no es fácil en ningún lugar del mundo y menos si se suman familiares indeseados al hogar filial. Unos pocos segundos bastan para retratar este padecer.
Corte 3: Solidaridad
No todo es egoismo en este mundo, a veces la gente común y más sencilla te da una mano, y si no veamos esta secuencia donde Wanda pide ayuda sin avergonzarse.
Corte 4: Divorcio
¿Tiene sentido continuar en una relación matrimonial donde la mujer está relegada a los roles tradicionales de la casa? Wanda tiene claro que no desea esa vida, se la regala con hijos y todo a su marido. Lo que todavía no sabe Wanda es que quiere a cambio.
Corte 5: Desocupada y explotada
Los abusos patronales tampoco son una novedad, sean en Argentina del 2021 o EEUU de los setenta del siglo pasado, el abuso de los empleadores asoma a cada paso. Wanda se resigna a la humillación del momento, pero no quiere volver a sentirla más.
Corte 6: Machismo explícito
Corte 7: Comer con hambre y placer
El sufrimiento no tiene que estar reñido con momentos de placer, sean estos de índole sexual o a través de una sabrosa comida, como lo muestra la siguiente escena.
Corte 8: Amor filial
El abandono del hogar por parte de Wanda, no es contradictorio con su amor por sus hijos. Solo se ausentó ante la desorientación vital que padece.
Corte 9: Violencia de genéro
Otra vez el machismo explícito, que puede empezar por golpes y terminar en un femicidio, es retratado por Barbara Loden con un poder de síntesis prodigioso. No se resigna al maltrato aunque intuye que sola no encotrará la solución.
Corte 10: Afecto y discurso irónico
otro mérito destacable del filme, es el recurso al humor ácido y resignado.
Final
A la deriva, sin metas claras, tememos que Wanda no termine su vida con un final feliz, aunque su valor y espíritu de combate, que parecen flaquear al final, podemos mirarlo de modo optimista, pensando que es solo una recaída, y que ella se pondrá de pie nuevamente para seguir buscándole un sentido a su vida.
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