The True Cost

The True Cost.Andrew Morgan. 2015

The.True.Cost.2015.1080p.BluRay.x264.YIFY.mp4_20150912_102702.433Se trata de un documental que retrata el funcionamiento del mercado de la ropa de consumo masivo. Recorre los sitios donde se producen las prendas, en Bangladesh y Camboya, y las tiendas de EEUU donde se concreta la compra de las prendas de vestir a muy bajo precio, gracias a los salarios miserables que se pagan en las fábricas donde se producen.
The.True.Cost.2015.1080p.BluRay.x264.YIFY.mp4_20150912_102251.286El filme cuenta con gran número de entrevistados claves, desde obreras de los talleres en Asia hasta economistas que explican la forma de funcionamiento del mercado. También escuchamos la palabra de empresarios de Bangladés y de otros que en Occidente, tratan de promover el denominado comercio justo.
El impacto sobre el medio ambiente tampoco está ausente. Se explican los daños al suelo y a las personas que producen los cultivos de algodón con las técnicas provistas por la multinacional Monsanto, y también la acumulación de basura formada por prendas de vestir, casi sin uso, desechadas por los habitantes de EEUU. Otro escenario indignante lo conforman los ríos contaminados de Bangladés, por el uso de herbicidas en los cultivos y cromo y otras sustancias tóxicas en el teñido de las prendas.
The.True.Cost.2015.1080p.BluRay.x264.YIFY.mp4_20150912_102415.331Con toda esta información, el filme resulta bueno por lo instructivo, pero podría haber sido brillante si el director no hubiera utilizado las imágenes como simple ilustración de los discursos. Si hubieran tenido preeminencia las imágenes por sobre las palabras, el impacto del filme hubiera sido mucho mayor y más rico para el espectador, estética y emocionalmente. Imágenes contundentes, como el accidente de 2013 en un taller de confección en Bangladesh, donde murieron cerca de 1000 obreros, o los efectos de la contaminación sobre la salud humana, con niños con malformaciones y graves enfermedades de la piel y cáncer, o los cúmulos de desechos de ropa, o las masivas donaciones de prendas de vestir a países como Haití, hubieran tenido un efecto diferente sobre el espectador de haber pensado en planos secuencias más largos y sin el acompañamiento de las explicaciones. Es que la construcción de un nuevo mundo, más justo e inclusivo y menos dañino del medio ambiente, requiere también de una nueva estética para ser retratado, que Andrew Morgan, el director, parece no encontrar del todo.

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