Érase una vez en Anatolia (Bir zamanlar Anadolu’da), Nuri Bilge Ceylan, Turquía, 2011
Proyectada el 18/05/2012 en el Seminario El Ojo Soberano
El ambiente de trabajo de la policía turca es retratado a través de un relato moroso, lleno de aciertos formales, que le imprimen a la película un gran vuelo estilístico. Desde la primera secuencia, donde no sabemos bien lo que estamos viendo, porque un vidrio empañado se interpone entre la cámara y el lugar de la acción, Nuri Bilge Ceylan, sin lugar a dudas ayudado por su director de fotografía, se luce retratando escenarios nocturnos con gran maestría, jugando con los claro-oscuros que producen las distintas formas de iluminación artificial, logra que las imágenes de sus protagonistas vayan creando un clima que es una mezcla de resignación, fatalismo, cansancio y prejuicios. Muchos aspectos de la sociedad turca, o al menos de ciertos estamentos, quedan retratados en diálogos que parecen surgidos con desgano, como al pasar, como una forma de matar el tiempo, pero que ponen en evidencia, acompañados de gestos elocuentes, la forma de estar en el mundo de los diferentes personajes.
La película mantiene un tono uniforme a lo largo de todo su desarrollo, ningún evento es presentado con una carga emotiva especial. El estilo narrativo es coherente con el estilo de vida de sus protagonistas. Gente amansada por la rutina, burócratas que no esperan nada especial de la vida y que cumplen sus tareas con desdén y fastidio. Esto hace que el filme, en otro acierto de originalidad, no sea fácil de encasillar: ni road movie, ni policial, ni drama, aunque tenga algo de cada uno. Rodada mayoritariamente en exteriores y de noche, la acción del viento, y las tormentas, son captadas con una belleza singular, y contribuyen, por contraste, a resaltar la parsimonia, con que se mueve todo el elenco.
Sin lugar a dudas se trata de un filme singular, que vuelve a confirmar la maestría de un director que ya contaba con valiosos antecedentes.