Que tu alegría sea

 Que tu alegría sea (Que ta joie demeure). Denis Côté. Canadá. 2014

Que-ta-joie-demeureLa fórmula de  Côté para hacer de este filme una obra original, consiste en intercalar, entre  las agobiantes escenas de rutinas laborales insoportables por lo tediosas, diálogos y reflexiones de los propios trabajadores en los momentos de descanso. Desde Marx sabemos que la obsesión de los capitalistas, es reducir al mínimo los tiempos muertos de trabajo y las merecidas pausas para el descanso y la alimentación del obrero. La decisión del director de dar un peso importante a las escenas que retratan los momentos de la jornada de trabajo “no productivos” (para el capital), como las comidas y los descansos de los trabajadores, son ya de por sí una definición política de primer orden, y reflejan su compromiso con la clase obrera.  Más allá de lo que se diga o se converse en esas pausas, haberles dedicado un tiempo importante del filme, hace de esta película una “rara avis” en la forma de abordar el mundo del trabajo en el cine .La gran mayoría de estas secuencias son planos fijos y medios, como si el director no quisiera perturbar la comunicación entre los personajes.

Con este filme tomamos conciencia de otro asunto indeseable para el capital: que esas pausas son muchas veces los momentos para la reflexión, que le permiten al obrero mirarse a sí mismo y a su entorno, e ir desarrollando entre balbuceos algo  que pueda llamarse conciencia de clase. Côté es optimista: sus obreros son capaces de pensarse y analizar la vida de trabajo que llevan y sacar valiosas conclusiones. Pero esto solo puede ocurrir cuando se logra zafar de la tiranía del tiempo dedicado a manejar la maquinaria que se pone a su cargo.

Otro acierto a destacar, es haber recurrido a empresas donde laboran obreros de los más variados orígenes étnicos y geográficos. Con ello no solo refleja la realidad del Canadá actual, sino el deseo de dar la palabra en un pie de igualdad a todos los componentes de este microcosmos cosmopolita.

Para evitar caer en el panfleto, Côté recurre a formas originales. Ya desde la primera escena, vemos a una obrera explicando a otro/a  que parece un debutante y que permanece fuera de campo en toda la secuencia, la naturaleza de los vínculos entre compañeros que le esperan. Lo hace mediante un monólogo extenso y de contenido extraño, como si estuviéramos asistiendo a una sesión de terapia.

Los trabajadores hablan entre sí en los descansos, de los más variados temas, y son sus palabras la herramienta que activa la conciencia y los acerca a alguna forma de liberación.

Bromas, recuerdos, conversaciones fraternales, realizadas durante las pausas, van humanizando a los protagonistas y los van dignificando, haciendo que nos identifiquemos con quienes hasta entonces solo aparecían como apéndices imperfectos de los medios de producción que operan.

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