Respira

Respira. Respire. Mélanie Laurent. Francia. 2014

Se pueden ver gratis online, hasta el 16/02/2015, en el sitio myfrenchfilmfestival.com

Proyectada en la Semana de la Crítica del Festival de Cannes 2014

¡Atención contiene spoilers!

Charlie y Sarah en el aula
Charlie y Sarah en el aula

Mélanie Laurent, que no es otra que la famosa actriz que interpretara el antológico rol de Shosanna en la película de Tarantino “Bastardos sin gloria”, se prueba como directora y adapta una novela de Anne-Sophie Brasme, quien colabora en el guión. La película da cuenta con convicción, del universo afectivo femenino, de adolescentes y adultas, sin ningún tipo de condescendencia. La ausencia de roles masculinos de relevancia en el filme, definen, por omisión,  hacia donde apunta el interés de la directora.

Las protagonistas principales son dos jóvenes, Charlie (Joséphine Japy) y Sarah (Lou de Laâge), que están en el último año de la secundaria, y viven en una tranquila ciudad del interior de Francia.

La película se inicia en la casa de Charlie y Laurent se las ingenia con pocos minutos, para situarnos en el contexto de la familia. Los padres discuten, la madre llora, y Charlie con aparente indiferencia, desayuna frugalmente y busca apartarse  de ese lugar y dirigirse a la escuela. Vemos salir a Charlie a la calle rumbo al colegio y un plano general muestra el frente de su casa, que es modesta aunque digna. El padre sale en un auto lujoso, que parece incompatible con el aspecto de la vivienda y la sencillez de las mujeres. Ya se puede deducir donde están las prioridades de este hombre que se muestra desagradable desde el inicio.

Una vez en la clase, en una escena que será clave para lo que vendrá después, se escucha la siguiente pregunta del profesor: “¿Creen que la pasión es un medio o un obstáculo para la libertad?”. “Si son apasionados, ¿son más o menos libres?”, vuelve a insistir. Un alumno hace una referencia a Platón, pero de inmediato interviene Charlie y enuncia este pensamiento premonitorio: “Nietzsche dice que es más fácil renunciar a ella que controlarla. Significa que nos preocupamos tanto que perdemos la libertad.” El profesor le da la razón: “Exacto. Es la noción de exceso. La pasión es dañina si es excesiva, como lo es la mayor parte del tiempo”.

La directora maneja con originalidad los primeros planos de los rostros y los planos medios, usando en varias escenas la intermediación de vidrios o cristales, entre la cámara y el personaje.  El recurso formal, si bien no es original, funciona de modo eficiente para provocar en el espectador cierto extrañamiento de los gestos retratados.

Laurent, enfatiza la fragilidad emocional de sus congéneres, mostrando las enormes dificultades de comunicación entre hijas y madres, o entre amigas. La madre de Charlie, llamada Vanessa, posee un carácter timorato, sumiso, se la ve siempre insegura  y muy dependiente de su pareja. Un hombre que entra y sale de su vida con una irresponsabilidad indignante. Sin proyectos propios, con sus energías consumidas en la elucidación de sus conflictos conyugales y con su escaso carácter, no resulta capaz de acompañar a su hija en el trance de convertirse en adulta.

La directora rodeada de sus actrices
La directora rodeada de sus actrices

El centro de la historia es la relación de amistad que va madurando entre ambas chicas, con caracteres muy diferentes e historias de vida en apariencia disímiles.  Charlie es tímida, se lleva bien con sus compañeros pero es una más del grupo. Nunca salió de la ciudad donde vive. Se muestra responsable en el estudio y serena frente al conflicto de sus padres. Sarah cuenta que su madre quedó en África, donde ella también vivió, más precisamente en Nigeria. La madre, nos informa  Sarah, trabaja para una ONG, y mientras tanto ella se volvió para terminar sus estudios. Sarah se muestra extravertida, simpática, audaz, aunque no asume roles de liderazgo entre el grupo de estudiantes.  Los temperamentos tan contrastantes, son la base de la mutua atracción y también causa de las varias peleas e incomprensiones. Hay un diálogo en particular, que Laurent, filma con maestría. Las chicas están recostada boca abajo en la cama de Charlie, hablan y se ríen, disfrutando intensamente el momento, pero la cámara no muestra sus rostros, sino que capta la escena, como si fuera un testigo pudoroso, no desde arriba, como suele ser lo usual, sino ubicándose a la altura de la cama, y mostrando en primer plano, los pies descalzos de ambas chicas. Las palabras que fluyen ponen el contenido del diálogo. Los pies, y no los rostros, reflejan el éxtasis del momento.

La identidad sexual de ambas chicas se percibe como un aspecto aún indefinido en ellas. Laurent trabaja con delicadeza las escenas donde estas cuestiones se ponen en evidencia. Charlie, tiene un amigo con el que quiso intimar en el pasado, pero la relación no prosperó y se mantiene virgen. Sarah cuenta numerosas aventuras amorosas con hombres diversos, que parecen solo salidas de su imaginación. Mientras tanto, la amistad entre las chicas, tiene momentos de gran intimidad física. Se abrazan, duermen juntas, se peinan.  En una noche de borrachera, simulan una escena romántica con Sarah asumiendo el rol  del hombre. Luego de unos breves diálogos deliberadamente impostados, Sarah termina besando en los labios a Charlie y luego le pega en la cara, dejándola estupefacta. ¿Fue solo una broma excesiva de Sarah, en pleno estado de embriaguez? ¿O puede ser el síntoma de una relación lésbica no asumida, con ribetes sádicos?

Cuando está promediando la película, un secreto muy bien guardado de una de ellas, sale a la luz y produce un vuelco drástico en el vínculo entre las chicas, que pone fin a la amistad pero no a la relación, ya que se seguirán viendo en la escuela. Ese secreto se va develando a través de un magnífico travelling lateral, que nos lleva de a poco, desde unas imágenes intrascendentes, que van progresando lentamente, hasta rematar en el espanto más cruel.

Sarah, muy resentida, pasa a acosar en forma sistemática a Charlie y ésta parece soportar con estoicismo los ataques de su ex –  amiga, tratando de entender el vuelco brusco de sus actitudes y su inmensa agresividad.  La falta de referencias más detalladas al contexto social al que pertenecen ambas chicas, como así mismo, el casi total fuera de campo de la madre de Sarah a lo largo de todo el relato, es una falencia severa del filme y opaca la comprensión por parte del espectador, del drama que se está incubando.

A medida que la película avanza, el título resulta una cruel ironía. Y el afiche de propaganda es directamente una mentira. No solo nadie “respira” profunda y relajadamente, sino que la angustia se acrecienta. Mientras, Charlie sufre recurrentes ataques de asma.

El infortunio se desata, porque Charlie hace todo el tiempo el esfuerzo por entender más que contener a su exasperada amiga. Esa aparente frialdad, recriminada por Sarah, es en el fondo desconcierto y miedo a lo desconocido, actitudes ambas heredadas de su madre. Con su inexperiencia en la vida, con su carácter tímido, y desbordada por las agresiones de Sarah, no logra acercarse de manera efectiva a su doliente ex – amiga. Ninguna de las madres puede o quiere intervenir en el vínculo entre las chicas, haciendo inevitable el trágico final, porque no saben entenderlas o no les interesa demasiado la vida de sus hijas, ocupadas como están por sus propias desdichas.

4 comentarios en “Respira

  1. Me parece interesante cómo llamó la atención en el título, y tiene razón: nadie respira de manera relaja y profunda en la cinta. El ambiente es asfixiante para todas las mujeres en ella: las protagonistas, sus madres y la amiga de Charlie. Y el final es la consumación de la ironía. Ahí es cuando, literalmente, queda mostrada la asfixia que hasta entonces era solo metafórica. Pero también llama mi atención, no sé qué le parezca, que Charlie al final logra controlar su ataque de asma, cobra dominio sobre su respiración, cosa que no había podido hacer en toda la película, como si de alguna forma hubiera logrado imponerse a su ambiente opresivo.

    Un saludo.

  2. Sarah deserves her fate because she brought it upon herself. Too many kids have committed suicide by little bitches like her, who drive their physical or emotional bullying victims to desperation. In this movie, the victim took justice in her own hands and is breathing again.

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