Hrútar

Hrútar / Rams. Grímur Hákonarson. 2015

RAMS.mp4_003479747Ahora que parece imponerse la moda del cine 4D, donde no solo veremos en tres dimensiones, sino que las butacas tendrán movimiento y se agregarán otros efectos realistas, creo que es posible adelantarse a todo esto, a un costo mucho más bajo, mirando una película como Rams, en invierno, y sin mucha calefacción en la sala. Es que creo que no hay nada como el frío que padezca el espectador, para fijar la empatía del que mira, con los personajes que viven en un clima de bajas temperaturas. Mis mayores recuerdos cinematográficos del pasado, son de películas ambientadas en invierno, vistas en la misma estación del año, en salas escasamente calefaccionadas.

Rams es una buena película. Lo más cuestionable es el final. No solo porque cae en una clara manipulación de las emociones del espectador, sino porque rompe con el tono distanciado y observacional del resto del filme.

 

Rams cuenta la vida de dos hermanos que están enemistados y que viven en el interior de Islandia, criando ovejas, uno al lado del otro. Una epidemia del ganado de una enfermedad incurable, los obliga a sacrificar los animales que ellos y el resto de los criadores del valle donde viven, poseen.

Pero la anécdota en si misma no es muy interesante. El mérito del filme, pasa por la capacidad del director, para retratar esos inmensos e inhóspitos espacios del interior de Islandia, donde todavía subsiste una generación de criadores de ovejas que tratan de llevar adelante sus explotaciones, a pesar del rigor del clima y de las malas condiciones económicas para su actividad.

RAMS.mp4_001427298La forma en que el clima condiciona y define la vida de estas personas, está muy bien retratado en la película del director Grímur Hákonarson. Con inviernos donde la temperatura llega a 30º bajo cero, y con nevadas y vientos helados frecuentes, no es el lugar que la mayoría de nosotros elegiría para vivir.

Recurriendo a numerosos planos generales, con la duración apropiada, el director lograr mostrar de manera conmovedora, la inmensidad del entorno, que sobrecoge al espectador, y hace más valorable la proeza cotidiana de estos hombres ermitaños.

La soledad que impone el duro clima, no parece una causa de padecimiento para estos criadores. La comunión con los animales, en primer lugar con sus ovejas, y también con el perro que oficia de mensajero entre los dos hermanos, permite a los personajes exteriorizar sus necesidades afectivas más profundas, evitando caer en alguna forma de depresión.

En una de las mejores tomas del filme, la cena solitaria de la Nochebuena, con un hombre, Gummi, regalándose algo a sí mismo, no se retrata de una manera patética, sino como testimonio de un estilo de vida aceptado y asumido sin demasiados sufrimientos.

Rams es un filme que, a la vez que homenajea a hombres laboriosos, retrata como solo el buen cine puede hacerlo, un paisaje apabullante y a los seres humanos tratando de sobrevivir en ese espacio hostil. Con eso solo, ya cumplió el director con una tarea más que loable.

 

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