Nuestro pan de cada día

Nuestro pan de cada día, Nikolaus Geyrhalter, Austria-Alemania, 2005

(Proyectado el 30/09/11 en el Seminario “EL Ojo Soberano”, en la ciudad de Córdoba, Argentina, por Roger Koza)

La clase obrera va al paraíso

Con este título irónico, se realizó en 1971 una película dirigida por Elio Petri e interpretada por Gian María Volonté. Se trata de una obra irregular, que en numerosas partes derrapa hacia una puesta en escena más cerca del panfleto que del cine como arte. Sin embargo, se destacan varias secuencias memorables, entre las cuales podemos citar aquella en que su protagonista (terriblemente machista) Lulú Massa, para abatir el aburrimiento mientras está en una de las tantas jornadas laborales tediosas en la fabrica que lo emplea, se entretiene contando cada pieza que produce asimilándola a la partes anatómicas de una imaginaria mujer: “un culo, una teta, un culo, una teta, …..” Mucho de lo que el filme tiene de rescatable se debe a la grandiosa actuación de Volonté, que en esta escena logra mostrar la desesperación que provoca el ritmo incesante de un trabajo monótono repetido hasta el hartazgo.

¿A que viene esta introducción? Bueno, se debe a que viendo “Nuestro pan de cada día”, me acordé de la película de Petri, no por sus semejanzas formales, sino porque ambas retratan, aunque de manera muy diferente, la alienación en el trabajo en la fábrica capitalista moderna.

En “Nuestro pan de cada día” no se habla. Los obreros no se desahogan al estilo de Volonté, parecen resignados a su suerte. Las palabras no tienen significación, tampoco hay música extradiegética, solo se escuchan los ruidos de la maquinaria omnipresente, en todas las labores que se retratan. Sin embargo las imágenes son poderosas y elocuentes por si mismas. Las labores que se muestran son abrumadoramente tediosas, repetitivas, reflejando la total sumisión de los obreros a la tecnología impuesta por el sistema productivo capitalista.

Los espacios en que transcurren la mayoría de las escenas se traducen en lugares asfixiantes, opresivos, ruidosos y solitarios. Las escasas escenas rodadas en exteriores, muestran también espacios de trabajo donde la actividad es intensa y el descanso no existe. Son los espacios para la producción de mercancías, no para el goce o el disfrute.

¿Será esta la cultura del trabajo que se pregona desde la iglesia y desde otros ámbitos? ¿La cultura del tedio y el embotamiento para tener el derecho a comprar los bienes que garantizan nuestra existencia?

Incluso los escasos momentos de la jornada de trabajo en que los obreros realizan una pausa para almorzar, proveen una imagen abrumadora de soledad y abatimiento.

Como cuestionamiento, cabría decir que vemos una mirada demasiado pesimista del director Nikolaus Geyrhalter, que no parece dejar resquicio para la mínima rebeldía, para retratar los momentos de ocio fuera de la fábrica, para exponer a los obreros en espacios y actividades no necesariamente vinculadas al trabajo y de mostrar que quedan posibilidades de ejercer algún grado de libertad fuera del entrono opresivo del lugar de trabajo.

Link imdb: http://www.imdb.com/title/tt0765849/

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