Stuck

Stuck, de Stuart Gordon, Canadá, Reino Unido, Alemania, EE.UU., 2007

(Proyectada el 23/05/2010 en el Seminario “El ojo soberano” dirigido por Roger Koza, en la ciudad de Córdoba, Argentina)

Protagonistas: Mena Suvari (Brandi Boski), Stephen Rea (Thomas Bardo), Russell Hornsby (Rashid), Rukiya Bernard (Tanya).

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Mena Suvari

Sin lugar a dudas estamos ante una película de gran riqueza conceptual, que pone en discusión una variedad de temas urticantes.
Una película que también posee una multiplicidad de estilos narrativos, donde se recurre alternadamente a la sátira, la ironía y el humor negro.
Una película que no deja cabeza sin cortar, una ametralladora de críticas sociales que no da respiro.
Pero vayamos por parte. La doble moral que impregna todos los poros de la sociedad capitalista moderna, se nutre de la contradicción entre el más feroz individualismo y la necesidad de mantener un mínimo de solidaridad para que las cosas sigan funcionando. Hace rato que sabemos que es falsa la idea que presentó el fundador de la ciencia económica Adam Smith y que con tanta impudicia repiten a menudo los neoliberales modernos: Que cada uno persiguiendo su interés personal, contribuye al bienestar de toda la sociedad.
En “Stuck”, se ve claramente que esto no es así. Poner en evidencia de manera enfática el recalcitrante egoísmo de casi todos los personajes, es a mi juicio uno de los grandes aciertos del film. La película es una reflexión ética de primer orden, ya que nos muestra con que facilidad nos olvidamos de los valores morales más esenciales cuando creemos que el hacer las cosas bien nos puede perjudicar. No debería ser motivo de discusión el respeto más elemental por la vida ajena, y sin embargo Brandi decide no auxiliar a su víctima para no perjudicar su ascenso en el trabajo ¡Y encima es una enfermera! (gran acierto en la elección del oficio). Lo paradójico de la película, que me hace recordar en este punto a “Un plan simple” de los Cohen, es que si Brandi hubiera hecho lo correcto: llevar al vagabundo atropellado a un hospital, se hubiera ahorrado ese descenso a los infiernos al que la lleva el ocultar el hecho. Es alucinante ver como Brandi, que al comienzo del film parece una chica sensible y bondadosa se transforma en una sádica poseída de una maldad sin límites.
Sin embargo, antes del accidente hay tres escenas claves que enfatizan la falta de solidaridad, pero que encima nos hacen sentir muy incómodos porque son situaciones cotidianas en que cualquiera de nosotros se puede ver involucrado, no en el papel de la víctima, sino en el de “verdugo”. ¡Es que ser bueno no es fácil! En lo formal, estas tres escenas, muestran el gran acierto del director al recurrir al humor negro, como única forma de oxigenar una serie de peripecias que de otro modo serían insoportables para cualquier espectador sensible. Thomas Bardo, el desocupado transformado en vagabundo, la está pasando mal. Sus faltas de opciones, o mejor decir, el disponer de falsas opciones, quedan reflejados en tres diálogos prodigiosos: Hablando con el administrador del inmueble que ocupa, y al que seguramente le debe varios meses de alquiler, éste le plantea: “Elija: o deja el departamento o llamo a la policía”. El segundo diálogo es en la oficina de empleo. Frente a la urgencia de conseguir un trabajo y después de tres horas de espera, se le dice: “Elija: o llena el formulario y lo manda por correo, o renuncia a la posibilidad de una entrevista”. El tercero ocurre en el parque a la madrugada, con un policía como interlocutor: “no puede dormir en el parque. Elija: o se va al refugio (muy lejos de allí) o lo llevo a la comisaría”. Coca Cola o Pepsi; Mc Donald`s o Burger King; Cristina o Cobos; ¡las maravillosas elecciones que nos regala el capitalismo!
Un párrafo aparte se merece Rashid, el personaje interpretado por el actor Russell Hornsby. Un resumen de lo peor del machismo. Mentiroso, fanfarrón, infradotado. Cuando las circunstancias le exigen mostrar su sangre fría y sentido práctico, hace agua por los cuatro costados.
El final es antológico y una genial parodia de los finales felices estilo Hollywood (el bien siempre triunfa). Muestra al desocupado obteniendo por fin la ayuda que necesitaba y pedía con desesperación desde el accidente. Pero en realidad, recibe apenas un pobre premio consuelo después de tanta muerte y violencia. Es un final amargo y doloroso, aunque el bueno se salve.

Link IMDB: http://www.imdb.com/title/tt0758786/

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