Leche

Leche, Semih Kaplanoglu, Turquía, 2008

(Proyectada el 1/07/2011 en el Seminario “El ojo soberano” dirigido por Roger Koza, en la ciudad de Córdoba, Argentina)

Si existen películas con finales abiertos, esta tiene de particular, el poseer muchos finales abiertos, prácticamente uno para cada escena o secuencia. O más bien cabría pensar en escenas o secuencias truncas. Tomemos un ejemplo, para ser más claro: chico encuentra a chica en una librería, simpatizan de inmediato, y quedan en encontrarse al día siguiente en el mismo lugar. Pero luego, si adoptamos los preceptos del cine narrativo convencional, esta escena queda incompleta, pues en ningún momento posterior, el filme se interesa por la continuación de la misma: ¿se encontraron de nuevo tal cual lo acordaron? ¿No se encontraron? ¿Uno de ellos decidió no ir y dejó plantado al otro? ¿Qué pudo haber pasado? No lo sabemos, solo lo podemos imaginar. Que cada uno piense en la escena que más le guste o mejor recuerde y verá que se repite este esquema. Segundo ejemplo: el protagonista se accidenta con su moto, parece haber quedado mal herido, queda inconciente por un rato, todo hace presumir que habrá algún tipo de consecuencias. ¿Lo llevaran al hospital? ¿Deberá cuidarlo la madre? ¿Exigirá su estado alguna convalecencia prolongada? Tampoco podemos saberlo. Pero aquí se agrega otro elemento desconcertante, la película continúa y el mismo muchacho aparece en escenas siguientes completamente sano y realizando otras actividades, como si el accidente nunca hubiera existido. Esto me hizo pensar, si en realidad estábamos viendo una película pensada como unidad o una serie de las tantas que se exhiben por la tele, donde cada secuencia del filme podría asimilarse a un capítulo de estas series. Esta idea se ve reforzada, porque las secuencias están desconectadas unas de otras, no hay continuidad en ningún sentido, son una unidad en si misma aunque, como dije antes, truncadas en la continuidad de su relato. Es un cine que amaga a ser narrativo, pero al mismo tiempo no lo es, porque deja incompleta cada historia que comienza.
Hay otras experimentaciones formales que juegan a desconcertar al espectador. Por ejemplo, sobre el final, cuando el protagonista mira de frente a la cámara, la luz de su casco de minero deja completamente en blanco la pantalla, y uno supone que se trata de un fundido para pasar a otra escena, pero no es así. Luego de varios segundos de suspenso, la cabeza del muchacho gira hacia un costado y la escena continua siendo la misma y no una transición a otro espacio-tiempo.
Todo muy original, pero lo más importante, es preguntarnos a donde nos lleva todo esta experimentación formal. Si, como se ha dicho en numerosas ocasiones, la forma es el contenido, ¿Cuál es el contenido de esta extraña forma de filmar?

 

Link IMDB: http://www.imdb.com/title/tt1284591/

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