Cuento Chino, clasista y combativo, Pepe Salvia, Argentina, 2010
Es un documental sencillo, sin pretensiones de obra de arte, que expresa una admiración del autor hacia un personaje entrañable. Fue filmado entre los años 2000-01 y 2005-06, pero terminado recién en 2010. Es un gesto de gratitud hacia un médico generoso, materializado como película. No hay sofisticaciones formales para admirar, pero justamente en su sencillez radica la fuerza expresiva del filme. El “Chino” es un médico de un barrio pobre en el Partido de La Matanza en el Gran Buenos Aires, que hace lo que puede por ayudar a los vecinos que necesitan atención médica. Ha logrado organizar a la gente, creando la figura del agente sanitario, de modo que decenas de mujeres puedan apoyar a sus conocidos en la tarea de recuperar la salud. La película muestra este esfuerzo que es, a veces, solo un bálsamo o hasta cura, pero no puede erradicar las causas de la enfermedad. No logra cambiar de raíz la realidad, pero lleva consuelo y ayuda a gente que lo necesita. Dejar testimonio de la calidad humana del protagonista, de su profundo amor por sus semejantes, es el mérito principal del filme y una inmejorable razón para su visionado.