4:44 El último día en la tierra. Abel Ferrara. EEUU. 2011
Para alguien que como Ferrara vive de noche, la hora final de la tierra debe ser en la oscuridad. Otra vez el escenario es Nueva York, donde sin embargo las masas están ausentes de la historia, aunque la ciudad tenga una población de varios millones. No hay donde escapar, porque no hay refugios ante la catástrofe inminente. La noche, además, le permite a Ferrara jugar con efectos especiales, donde un cielo negro se vuelve por momentos de tonos verdosos y se dibujan remolinos de viento, con efectos fantasmales. Todo contribuye a crear la sensación de un momento lúgubre.
La forma en que los diversos personajes esperan su hora final, es muy rica en matices. Nada del típico cine catástrofe, con gente gritando su desesperanza por una muerte no querida. Nada de histeria. La pareja protagónica ( Willem Dafoe como Cisco y Shanyn Leigh como Skye) trata con cierta serenidad, de continuar su vida, de seguir con su rutina diaria. Charlar, fornicar, comer, mirar y escuchar la TV. Sin gestos desesperados, al menos al principio de la noche. Ella pinta y él, un poco más perdido, busca despedirse de su hija primero, vía Web, y de algunos amigos, en forma personal, irrumpiendo en su departamento. Con el televisor siempre prendido, como un eco del mundo que se despide, suena a broma cruel escuchar al ex vice Al Gore y al Dalai Lama, reflexionando sobre los males insolubles de la sociedad que está por ser destruida. La calle es el termómetro de la soledad con que muchos esperan el final, tratando de aminorar su angustia por medio del alcohol u otras drogas. Las pasiones humanas quedan al descubierto, y muestran una mirada pesimista de Ferrara: los celos, los reproches y las acusaciones, siguen en pie aunque el final esté cerca. Nada de grandeza ni de gestos heroicos. No hay héroes, porque no hay nadie a quien salvar.
La música juega un papel fundamental en la creación del clima ominoso que se vive, aunque las conductas calmas traten de disimularlo.
Una película inteligente, donde se evita abordar la psicología de la gente en momentos límites a través discursos pomposos. Muy por el contrario, los personajes se definen por sus conductas complejas.
