Fuerza Mayor. Turist. Ruben Östlund. Suecia, Francia, Noruega. 2014.
Cuando en un filme, como en éste, predominan las palabras y los gestos más que las acciones, me suelo preguntar, qué justifica que el resultado sea una película y no una obra teatral. ¿Qué elementos estrictamente cinematográficos, y por lo tanto irreproducibles por el teatro, presenta el filme? Me anticipo a decir que “Fuerza Mayor”, tiene bien justificadas sus credenciales como obra filmada. Y además, es una película bien hecha. Si bien predominan los diálogos, la forma de filmarlos son extrañas pero justificadas por la necesidad de crear la tensión que la escena requiere. Pondré algunos ejemplos: En unos de los diálogos mejor filmados, Tomas y Ebbe, el matrimonio protagonista, está compartiendo una cena con invitados. Ebbe le habla a Tomas, pero la cámara no opta ni por el recurso del plano y contraplano, ni a filmar a ambos miembros de la pareja en simultáneo. Östlund, pone la cámara detrás de la silla de Ebbe, con lo cual solo vemos su espalda. Además su silueta en primer plano, tapa por completo la figura del esposo situado en el extremo opuesto de la mesa. Los invitados, aparecen de perfil a los costados, como testigos obligados de la disputa, y es por sus gestos, además de las palabras de Ebbe, que vamos tomando conciencia de la tensión de la escena. En otras de las secuencias, mientras Ebbe enuncia uno de los pocos discursos algo extenso, la cámara filma el rostro de Tomas en primer plano, y en forma continuada. Sus gestos, que pasan de una sonrisa canchera a un estado que parece bordear el pánico más extremo, es la prueba del impacto demoledor que tienen sobre él, las palabras de Ebbe.

El guión es magnífico. Cada término que se pronuncia parece el indicado para la situación. La economía discursiva es encomiable. Las palabras brotan, y se acompañan de silencios agobiantes. Los protagonistas no se desbarrancan en extensos discursos, sino que parecen buscar con esfuerzo las expresiones justas para dar cuenta de sus estados de ánimo y sus ideas.
Hay que destacar el retrato de exteriores, en especial las escenas de noche, donde los edificios y la nieve del centro de esquí en que se desenvuelve la acción, parecen cobrar vida propia y de lo más siniestra. Unos extraños disparos, como de cañones, se escuchan de improviso, y son en estas escenas lúgubres y solitarias donde suena la poca y precisa música extra diegética que tiene el filme. Esta música carga aún más de tensión a estas escenas haciendo presagiar alguna catástrofe, y contribuye a potenciar el misterio de la noche en ese lugar.
El retrato de la familia los muestra unidos por un afecto sincero. Así, se los ve juntos la mayor del tiempo que pasan en el centro de esquí, y disfrutando de la mutua compañía. La foto que acompaña estas líneas, correspondiente a una de las escenas del filme, con los cuatro miembros acostados en la misma cama, es un síntoma claro de esa intimidad compartida.
Hay dos temas morales que vertebran el filme. Uno es el reproche de Ebbe por la supuesta cobardía de su esposo, que ante una situación de peligro, opta por huir y salvarse solo, dejando abandonada momentáneamente a su esposa e hijos pequeños. Pero el asunto más importante, lo que más tensiona el enfrentamiento de la pareja, es la incapacidad del hombre para aceptar sus fallos, dando cuenta de un ser inseguro, que necesita ocultar sus defectos por el miedo al juicio ajeno. Esto descubre ante Ebbe a un hombre desconocido. Tomas ya no es el mismo que ella imaginaba. Un velo se cae, y lo que aparece a la mirada de Ebbe no es placentero. Ella misma se muestra temerosa en extremo, y descubrir los miedos de su marido parece llevarla al borde la desesperación. La baja autoestima de Tomas, parece afectar también al personaje de Mats, un barbudo pelirrojo, amigo de la pareja central, que se ofende profundamente cuando su novia actual insinúa que no se ocupa de sus hijos como lo harían otros padres.
Östlund, sin embargo, les da a ambos hombres una oportunidad de reivindicarse. Tomas salva a su mujer de un accidente en plena montaña, y Mats, maneja con maestría una situación colectiva que parece descontrolarse arriba del ómnibus que los lleva de regreso.
Son muchos los temas a analizar, todos centrados en la vida de pareja y en la relación con los hijos pequeños. El filme es rico en implicancias, y da para discutir muchas cuestiones, pero creo que las planteadas más arriba, son las más importantes.
buen cine que trasmite sentimientos , emociones, tensión, suspenso, sistemas de valores, exigencia desmedida , cuestionamientos morales crisis de pareja y de autoestima , como nuevo:: personajes masculinos pensando se justifica que sea un film y no una obra de teatro . recursos austeros para expresar cuestionamientos vitales .lo bueno escasos diálogos Genera todo el film un clima de suspenso como si fuera a pasar algo irremediable